El 28 de mayo se conmemora en Argentina el Día de los Docentes de Nivel Inicial en memoria de Rosario Vera Peñaloza, nacida el 25 de diciembre de 1873 en Atiles, La Rioja, quien dedicó su vida a la enseñanza y fundó el primer Jardín de Infantes argentino. Falleció el 28 de mayo de 1950, fecha que se utiliza para honrar su memoria y contribuciones a la educación inicial.
Rosario tuvo toda una vida dedicada a la educación, huérfana desde temprana edad, fue criada por una tía y asistió a una escuela creada por docentes norteamericanas. A los 20 años, obtuvo el Título Superior de Enseñanza en Paraná en 1894. Además de fundar el primer jardín de infantes argentino en 1900, el Consejo Nacional de Educación le encargó la creación del Primer Museo Argentino para la Escuela Primaria, actualmente conocido como Complejo Museológico del Instituto Félix Bernasconi.
En 1934, Rosario Vera Peñaloza, Rita Latallada de Victoria y Valentina Berduc de Galeckise se unieron para crear una asociación de apoyo al Jardín de Infantes Municipal Andrés Ferreyra, que atendía a niños de familias obreras. Además de brindar ayuda al jardín, la asociación se propuso mantener los ideales y principios froebelianos -las ideas y prácticas educativas de Friedrich Fröbel, pedagogo alemán creador de la educación preescolar y del concepto de jardín de infancia- e impulsar la creación de nuevos jardines de infantes.
En 1935, sobre la base de esta asociación civil, se creó la Asociación Pro-Difusión del Kindergarten, conformada por educadoras como Rita Latallada, Valentina Berduc, Angela de Lisa, Pilar Terán, Yole Zolezzi, Manuela Palavecini, Celmira Tiscornia, María Gutierrez, María Cambiaggio, Rosario Vera Peñaloza, Guillermina Muttoni, Perpetua Aubone, Elizabeth Kiehl, Josefina Moyano, Eva Zolezzi y Custodia Zuloaga. Este grupo de maestras se propuso trabajar por la creación de nuevos jardines y por la reapertura de la formación docente en la especialidad.
Desde la Asociación Pro-Difusión, estas mujeres trabajaron para que el Estado creara jardines de infantes y un profesorado en Kindergarten para formar docentes. También organizaron conferencias, escritos y cursos para preparar a las maestras normales que trabajaban en jardines de infantes. Además, elaboraron material teórico para publicarlo y difundirlo en todo el país. En 1936, la Asociación editó una colección de artículos bajo el título El Kindergarten en la Argentina. En el plano político, la Asociación Pro-Difusión continuó reclamando al gobierno nacional la apertura de un Profesorado de Jardín de Infantes, adjuntando propuestas para hacer viable la creación de cursos de formación especializada.
La actividad de estas educadoras comenzó a dar sus frutos a partir de 1937. En la ley de presupuesto aprobada ese año, se incluyeron partidas para comenzar con los cursos de formación especializada en la Escuela Normal nº 9 y para la creación de un Jardín de Infantes en el Instituto Félix Bernasconi. El Jardín de Infantes del Instituto Bernasconi fue el primero que se creó bajo la dependencia directa del Consejo Nacional de Educación, inaugurado en abril de 1939. Los planes y programas de enseñanza fueron diseñados por Rosario Vera Peñaloza, Rita Latallada de Victoria, Elena Irigoin y Salvador Lartigue.
La Asociación pretendía que el Estado creara un Jardín de Infantes modelo que se transformara en escuela de aplicación del futuro Profesorado especializado en Kindergarten. En 1938 comenzaron a funcionar los cursos del Profesorado de Jardín de Infantes en la Escuela Normal nº 9 Domingo Faustino Sarmiento, pero al año siguiente fueron trasladados a un edificio nuevo. En 1939 también se realizó la inauguración del Jardín Mitre. A estas dos creaciones, se le suma la del Profesorado en Jardín de Infantes Sara C. Eccleston. Aunque en ese año las maestras jardineras vieron colmados sus anhelos, la Asociación Pro-Difusión siguió trabajando bajo el lema: Que no quede un solo rincón de la República sin su Jardín, sin su escuela de placer.
En su legado y visión de la educación inicial, buscaba garantizar el acceso universal a la educación inicial y criticaba las limitaciones de las acciones benéficas que se centraban únicamente en la ayuda material. Abogaba por espacios higiénicos y cómodos que fomentaran el crecimiento intelectual y moral de los niños. Además, promovía la enseñanza de música, narración de cuentos, bibliotecas, teatros y cinematografía infantil.
Consideraba que el jardín de infantes proporcionaba una base sólida en habilidades manuales, lenguaje y comprensión, fomentando la responsabilidad, la comprensión y el respeto por los derechos de los demás. Su enfoque pedagógico alentaba tanto a docentes como a alumnos a crear y recrear la cultura. En reconocimiento a la trayectoria y aportes de Rosario Vera Peñaloza a la educación argentina, la Ley N° 27059 sancionada en diciembre de 2014 estableció el 28 de mayo como el "Día Nacional del Docente de Nivel Inicial".
Rosario Vera Peñaloza, fue autora de más de 25 libros.
"Es producto de una serie de luchas entre personas reales, ideas reales, modos reales de trabajo y de organizar el trabajo. Pero las personas no son tan sólo productos de la historia, a través de sus luchas también son productoras de la historia. El cambio en la educación supone entrar en un combate en favor de mejores ideas educativas, mejores prácticas educativas y mejores relaciones sociales y procesos organizativos para la educación" (Stephen Kemmis, 1988).
Por Nerina B. Pérez Fiumara